Texts

 

Black Gallery

Mapas de utopías

"Un Cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas"

Julio Cortázar

¿Qué es un mapa? ¿Y qué es un mapa hoy, cuando el espacio parece desvanecerse ante la sensación de desaparición de la distancia, cuando tenemos, aparentemente, todo el universo a un clic? 

La cartografía es una de las formas que utilizamos para imaginar el mundo. A través de los mapas, lo desconocido se hace visible y comprensible. 

Como si se tratara de caligrafía china, María Maggiori se apropia de la técnica de esta forma de arte tradicional como recurso y tema de su actividad artística, una forma de “escritura” creada con un pincel suave empapado en tinta líquida de color negro que se extiende sobre tela o papel -seda para los chinos-.

Maggiori dibuja una nueva cartografía del mundo como si fuera caligrafía, “palabras” propias que le sirven para expresar verdades y significados, que apenas los traza se vuelven inasibles, volátiles.

En estas cartografías imaginarias, de un paisaje interior, la artista se convierte en poeta que construye una imagen nueva, las cosas se revelan/rebelan, se despojan de su antiguo nombre y adquieren uno nuevo, quizás junto a un nuevo significado. La familiaridad y la extrañeza quedan trabadas de manera insólita en formas inestables, vivas, orgánicas y en movimiento.


Esta dimensión vital y mutable que caracteriza la obra me hace ver el lado visionario e interpretar el asombro que siente la artista ante cada encuentro con la naturaleza, en el que no reconoce los objetos que aparecen en su entorno.

Como un hilo que se teje desde la práctica surrealista de despojar a un objeto de su función primaria, le implica la suspensión del juicio sobre las cosas, una visión sin preconceptos, como si fuesen vistas por primera vez. Ese desacoplamiento y suspensión del sentido les confiere a los objetos la libertad de convertirse en “otra cosa”, en algo ajeno, pero, sobre todo, reafirma la libertad del artista de situarse fuera del mundo conocido.


Como si sus obras fueran grandes oxímoron, coloca lo familiar junto a lo extraño, poniendo las cosas patas para arriba, para abajo o cualquier costado, haciendo radicar la potencia que tienen precisamente en su capacidad de movilizarnos y desestabilizarnos, poniéndonos cara a cara con “la extrañeza de lo familiar”.


Ese sentido poético me hace pensar a los Cronopios de Cortázar, los que encuentran la belleza en sus instantes, la armonía en el caos. Un Cronopio espera encontrar su mundo dentro de mundos irreales y mágicos, encontrar sueños que le acerquen a su realidad.

Lo que sé, es tan volátil” son esas tierras extrañas y familiares donde tal vez puedan habitar los Cronopios de cada uno de nosotros.


Mercedes Sader


Lo que sé es tan volátil


María Maggiori

29 ene- 1 mar 2022


www.blackgallery.net

 

Instalación/Acción: Aquí y ahora / Ici et maintenant

Artistas: María Maggiori, Julia Suero

Curaduría Diego Jarak

Eje curatorial: Modos de ver

En tiempos convulsionados, en el que las fronteras entre lo real y lo virtual se confunden con tanta eficiencia que tienden a esfumarse; tiempos en que las certezas aparecen como ficciones tan necesarias como ilusorias, la pregunta por el ser, aquí y ahora, se impone con una fuerza renovada. Ya no se trata, cómo podría, de dar Una respuesta, sino quizás, de proponer formas sensibles de considerar-ser-estar aquí y ahora. Desde los inicios de la modernidad, y probablemente antes, el ser se juega en la inmediatez. Somos aquí y ahora. Estamos aquí y ahora. No podemos ir para atrás, ni en el tiempo, ni en el espacio; tampoco hacia delante. Solo aquí y ahora. Pero, ¿qué es aquí y ahora? ¿cuál es la distancia entre dos o mas aquí y ahora? ¿el tiempo?

Estas son algunas de las preguntas que surgen al recorrer, e interactuar con la obra de Maria Maggiori y Julia Suero. Entre el dibujo en el espacio y la creación sonora, Aquí y ahora es una obra espejo que se duplica en otros dos espacios, Francia. Una obra que surge del dialogo entre las materialidades de las artistas; que invita a la escucha, al encuentro y a la participación del público. La instantaneidad, la simultaneidad y las acciones del público alteran visual y sonoramente la percepción de obra. El diálogo entre los espacios, las líneas que los atraviesan y la conjunción de los sonidos sugieren que estar ahí y ahora necesita de otro estar aquí y ahora. Los fragmentos de la inmediatez se conjuran en la simultaneidad de la distancia. De las líneas en tensión surgen espacios donde se articulan fuerzas voluntades y deseos.

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Diego Jarak
Directeur de la Faculté des Lettres, Langues, Arts, Sciences Humaines
Directeur du Master Direction de projets audiovisuels et numériques
Directeur du Festival ZERO1 des Arts & Cultures Numériques
Maître de conférence (HDR)

La Rochelle Université
23 avenue Albert Einstein
BP 33060 - 17031 La Rochelle

univ-larochelle.fr

 

Formas breves, exposición individual en Galería Praxis, Octubre 2018

Texto Formas breves-Recuperado-Recuperado con fima.jpg
 

Muestra Astillero en Revista Ramona

http://www.ramona.org.ar/node/63890

 

"Mismo lugar: María Maggiori entre la técnica y la magia" Luz Horne

 

"Mismo lugar" nos hace pensar –desde su nombre y en una mirada a vuelo de pájaro– en espacios, en lugares abiertos, en naturalezas y paisajes. Todo remite a algo exterior y amplio, a zonas sin límites precisos. Parece haber, en el conjunto de la obra, un gesto pictórico que bordea lo clásico y lo sublime. Sin embargo, en una mirada más detenida, el detalle nos interpela, los dibujos nos llaman a acercarnos y nos dan ganas de pegar la nariz al vidrio que nos separa del papel. Buscamos desenredar los hilos, entender las tramas o encontrar una lógica. Los ojos se ponen bizcos y se revelan estructuras fractales y recursivas que descomponen las figuras. Eso que parecía pura exterioridad se descubre como algo íntimo. Los bosques devienen esqueletos y la interperie se repliega sin por eso dejar de ser ajena. Así como los huesos: lo más interno al propio cuerpo pero intocables e invisibles. 

Una operación similar sucede en los objetos-intemperie. Una superposición de papeles pintados que han sido dejados en el exterior para que el afuera se meta adentro del papel y nos impida reconocer los contornos de lo que había sido trazado. Las figuras se vuelven fantasmales y –al ser apiladas unas con otras– se transforman en cosas, en objetos que cobran valor por su preñez temporal. En una nueva torsión, si "Mismo lugar" parecía puro espacio, ahora se vuelve también tiempo. La línea va hacia algún lado pero también vuelve. El tiempo no avanza hacia adelante sino que es un tiempo visto en negativo, como si se andara marcha atrás y en un reverso de la trama se pudiera volver a vivir. Es por eso que no hay nada en la exhibición de Maggiori que ilustre. Todo lo que en un principio parece ser algo, luego se desanda, se desintegra y se deforma. No hay nada que se represente, sino más bien algo que se registra, se repite y que no deja de mostrar que –a pesar del anhelo del título– nunca se vuelve al "mismo lugar": la repetición de lo mismo nunca es su regreso. 

El gesto aparentemente bucólico expone entonces su hechura. La línea se repasa hacia atrás y descubre el ritmo imperfecto del pincel. Lo que parecía ser sublime descubre su lado técnico y lo que aparentaba ser pictórico se manifiesta como fotográfico: el tiempo en negativo se hace imagen y los dibujos adquieren una precisión que combina el registro agudo de lo artesanal, la mágia contemplativa de lo oriental y una artificialidad mecánica que capta la luz y la proyecta como si fuera un calotipo. Se trata de una operación incluso anacrónica –¡y por lo tanto subversiva!– en la medida en que busca seguir el rastro de una huella material, indicial, completamente anti-digital. El trazado busca captar lo minúsculo, esos espacios impenetrables e incapaces de cobijarse en los momentos de vigilia, solo visibiles para el inconsciente óptico que se revela en lo fotográfico. Vista de este modo, la naturaleza que nos muestra esta obra se emparenta más a trazados cartográficos que a paisajes sentimentalizados o a retratos espirituales. Pero no es el mapa de un mundo externo lo que se registra, sino el negativo impreso de eso que viene de afuera pero que, al pasar por adentro, se vuelve ficción. 

 

"Mismo lugar", entonces, se acerca a lo natural y a lo orgánico poniendo blancos que –como la luz– en lugar de señalar un vacío o una falta, indican la presencia de la mano que dibuja. Paradójicamente, es desde estos blancos que devienen imágen que la obra de Maggiori se posiciona y se singulariza. Es desde allí que mapea un exterior íntimo y que hace explotar los bordes del tiempo: apilándolo, acumulándolo, encandilando al espectador y con ello acortando –como suele hacer eso que llamamos arte– la distancia entre la técnica y la magia.